- Tienes más energía: durante el día notas que te sientes con más energía y ya no estás tan cansado/a.
- Tienes mejor calidad de sueño: estás descansando y hasta te duermes más rápido.
- Tienes más fuerza muscular: has aumentado el peso en los ejercicios y hasta te cansas menos haciendo la rutina.
- Estás más consciente de lo que comes: reconoces que hay alimentos que aportan mejor nutrición a tu cuerpo y otros que simplemente pueden dañarlo.
- Tu estado de ánimo ha cambiado: notas que ya no te da tanto estrés y tus niveles de ansiedad han disminuido.